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Cómo funciona el aval para hipotecas
Cuando das el paso de buscar la casa de tus sueños, seguramente, uno de los procesos que más dudas genera sea el de la búsqueda de financiación. De hecho, encontrar la hipoteca con las mejores condiciones y que se adapte a tu situación suele implicar mucho esfuerzo y un tiempo que, en muchas ocasiones, no se tiene.
Por eso, desde gibobs allbanks no solo te ayudamos a conseguir la hipoteca con las mejores condiciones, sino que también te ayudamos a entender los términos financieros que normalmente no quedan muy claros. Por eso hoy, te traemos las claves necesarias para entender cómo funciona el aval para hipotecas 🏠.
Aval para hipotecas: En vídeo
¿Qué es un aval para hipotecas?
Lo primero que debes saber es, que cuando acudes a un banco para solicitar un préstamo hipotecario, normalmente la entidad no te financiará más allá de un 80 % del total de lo que cuesta la vivienda. La tradicional reticencia de los bancos a ofrecer mayores porcentajes de financiación se debe al miedo a que se produzcan impagos. Esta reticencia también implica una preocupación sobre todo para los jóvenes, ya que no suelen contar con el suficiente dinero ahorrado para hacer frente a ese 20 % restante. A esto habría que añadir otros impuestos y gastos asociados.
Sin embargo, también es verdad que cada vez con más frecuencia existen alternativas que nos dan la posibilidad de optar a niveles mayores de financiación e incluso a hipotecas al 100 %.
Una de estas opciones es conseguir un aval para nuestra hipoteca. Esto no es más que una garantía extra de pago que se ofrece en caso de que el titular del préstamo no pueda hacer frente al pago de la deuda.
¿En qué consiste y cómo funciona el aval para hipotecas?
Como ya hemos dicho, aportar un aval a una hipoteca consiste en darle al banco una garantía adicional de pago, es decir, que haya alguien que responda por ti en caso de que tú no puedas hacer frente a las mensualidades. Esta persona o entidad que actúa como garante recibe el título de avalista y la entidad financiera se convierte en la beneficiaria del aval.
Si se produce un impago por parte del titular de la hipoteca, el avalista hipotecario tendrá que solventar ese impago con sus bienes o su capital.
¿Qué necesito para conseguir una hipoteca con aval?
La verdad es que si hablamos de pasos a seguir para conseguir una hipoteca con aval, estos no son muy distintos de los que se tienen que dar para obtener cualquier otro de estos préstamos:
- Antes de nada, tendrás que encontrar la mejor oferta, comparando las condiciones de unas y otras. A este respecto, no hay nada mejor que contar con un asesor experto que guíe nuestros pasos y negocie por nosotros con los principales bancos del país.
- Entrega de toda la documentación pertinente para que el banco la pueda valorar. Si cuentas con los asesores de gibobs, estos se ocuparán de todo el papeleo y te harán partícipe de cada nuevo paso, explicándote en todo momento aquella terminología complicada.
- El último paso es decidir qué oferta es más atractiva y formalizar tu nueva hipoteca con la entidad financiera.
La única diferencia es que la persona que hayas elegido como avalista tendrá que firmar ante el banco que se compromete a responder ante él si tú no puedes hacerlo.
¿Quién puede avalar un préstamo hipotecario?
Aunque, a priori, cualquier persona mayor de edad podría ejercer como avalista, lo cierto es que los bancos exigirán, sobre todo, que esta persona tenga una alta capacidad de pago. De hecho, de igual manera que mirarán con lupa la solvencia de los futuros hipotecados, harán lo propio con la del avalista. A continuación, te dejamos los requisitos imprescindible que la persona que actúe como aval debería cumplir:
- El requisito principal es que el avalista pruebe que cuenta con ingresos estables y suficientes para hacer frente al pago si se da la situación.
- Contar con un patrimonio que esté libre de cargas. De esta manera, la entidad tendrá una garantía adicional con la que se podría hacer frente al impago.
- No tener deudas que estén pendientes de pago.
- Y, como ya hemos dicho al inicio, que el avalista sea mayor de edad.
Además de tener en cuenta estos requisitos para ser avalista, este tiene que entender que, al igual que el titular de la hipoteca, también quedará ligado a esta durante todos los años que dure el préstamo. Debido a esto, también es muy importante entender los riesgos asociados que tiene esta figura.
Riesgos y responsabilidades de convertirse en avalista
El principal riesgo de convertirse en avalista es perder parte del patrimonio propio debido a que el titular de la hipoteca haya dejado de pagar el préstamo. Lo cierto es que este es un caso que solo ocurriría si antes de tomar la decisión de actuar como aval no se tienen claras las circunstancias económicas del hipotecado.
Pero ¿qué implica convertirse en avalista?
- Al asumir el compromiso de pagar la deuda, respondes no solo con el patrimonio que tienes en el momento presente, sino también con el patrimonio futuro.
- Se tienen las mismas obligaciones que el titular del préstamo, por lo que es muy importante que toda la documentación quede clara y que se entienda cada punto y cada letra pequeña del contrato.
- El avalista entrará a formar parte de la Central de Riesgos del Banco de España (CIRBE) en la que se registran las operaciones crediticias. ¿Qué significa esto? Pues que si quieres optar a otro tipo de crédito, lo tendrás más difícil a ojos de la entidad bancaria, que tendrá en cuenta que eres avalista.
- Si llegado el momento el avalista tampoco puede hacer frente a los pagos, el banco puede proceder al embargo de sus bienes.
- Si le pasa algo grave al avalista, el aval pasaría a sus herederos.
Esperamos que este artículo sobre cómo funciona el aval para hipotecas te haya resultado útil e interesante. Te invitamos a que sigas leyendo el resto de artículos de nuestro blog para no dejar ningún término financiero e hipotecario sin desvelar.